Maria Bistoni de Celestini una italiana en America

Pepita Gonzalez y Sandro Celestini en una escena del film

Buenos Aires, 7 junio 1920

Mi derecho. Drama en 6 actos de la señora Maria B. de Celestini. Por primera vez en la cinematografía local, escribe y dirige su argumento una mujer (1).

En nuestro país, donde se están dando los primeros pasos en materia de industria cinematográfica, es raro anotar que una mujer haya pensado escribir para la pantalla, no ya exhibirse porque en cada mujer hay una artista de cine por exhibicionismo — y más aún, lograr felizmente la realización escénica de sus ideas, en un teatro donde han fracasado muchos asuntos de novelas y obras teatrales, muy difundidos. Si a esto se agrega lo “difícil” del asunto para el teatro silencioso, tendremos que el triunfo se ha duplicado.

La señora de Celestini con un poco de audacia, otro poco de amor maternal, una buena dosis de literatura, dos porciones de psicología femenil, un código debajo de los pies, el corazón en la mano y cubriendo con el manto de la indiferencia el prejuicio social ante el amor de madre, ha hecho con su primera película una obra sumamente interesante, ni aunque en el fondo el asunto carezca en absoluto de novedad y sea un tema ya tratado y sumamente debatido.

Una joven tiene un hijo fuera de la ley que han hecho los hombres y el padre de ella para no dar un escándalo social, secuestra al recién nacido y lo envía a criar lejos de la madre. Esta no puede olvidarlo y mientras su padre no deja de buscar quién repare la falta de la hija y lo encubra todo con él casamiento, la madre infeliz sufre porque no puede prodigarle sus caricias al hijito.

Los deseos del padre se cumplen y ella se casa, pero en su imaginación no vivía más que su hijo a
quién tanto su marido como su padre habían dado por muerto.

Un día extenuado por el frío y el hambre, cae desmayado en los salones de su propia madre el niño, harapiento. Tenía ya 12 años. En ese momento se daba una gran fiesta a beneficio de la Sociedad de niños que no conocen sus padres. Corre la dueña de casa en auxilio de la criatura y ve en una marca que lleva en pecho que es su proprio hijo. Sin reparar en nada y movida por ese momento explosivo en que el dolor y la alegría saben hermanar, grita “¡hijo mío! La nota de escándalo corre por los salones, las murmuraciones se acrecientan, la catástrofe se avecina y trata de explicar su actitud, de explicar su conducta, pero estas cosas no puede comprenderlas la gente que la circunda, el prejuicio social es implacable. No perdona.

En el paroxismo de su fiebre mezcla de alegría y de dolor e importándole ya nada de lo que implica la ficticia amistad de los que la rodean, echa a sus invitados a la calle y cae la tela cuando abrazada. al cuello de su hijo, vuelve a gritarle: ¡Yo soy tu madre! ¡Hijo mío! ¡Hijo mío!

Como se vé, el tema desarrollado en este film no es tan fácil de realizar en la literatura en combinación con la fotografía animada, si bien sería más fácil en el libro o en la escena hablada, donde los argumentos de defensas pueden ser más elocuentes que en la expresión fisonómica o en cualquier gesto adecuado.

Con todo, la señora de Celestini ha salvado todos los escollos, y su audacia simpática ha hecho triunfar haciendo un intenso drama social que ha provocado en su exhibición privada numerosos aplausos.

De desarrollo rápido, técnica moderna, fotografía: excelente, misce en escena lujosa y adecuada, interpretación correcta, “Mi derecho” es una obra que ha de imponerse, no solo porque es hecha por una mujer y escrita para los dos sexos, sino también porque no tiene nada que envidiar a muchas producciones extranjeras y con esto habremos dicho que es un film que hace honor a la industria nacional.

En la dirección, que se ha reservado la autora, ha colaborado eficazmente el señor Bissolati, un operador inteligente y estudioso, que tiene deparado un excelente porvenir en la cinematografía, nacional.

En cuanto a la interpretación hay dos elementos que se destacan ya en nuestros adolescentes artistas de la pantalla, Pepita González, la protagonista y Boyano, que ha vuelto a dar una nota de su eficacia en los roles de traidor y tipos “poco simpáticos”.

El poco espacio de que disponemos no nos permite ocuparnos sobra este particular, dejándolo para mañana.
(Critica)

He recuperado un album con 36 fotografías del film, un dossier de prensa y otros documentos, estoy intentando localizar, en Italia, la familia de Maria Bistoni de Celestini.

  1. La bibliografia sobre el tema generalmente menciona La niña del bosque de Emilia Saleny (1917) como la primera película argentina dirigida por una mujer (Entre preceptos y derechos. Directoras y guionistas en el cine mudo argentino 1915-1933, Lucio Mafud 2021) Disponible en PDF en el sito de Imagofagia: http://www.asaeca.org/imagofagia/index.php/imagofagia/article/view/885